martes, 4 de julio de 2017
LA PARTIDA DE UN GRAN MAESTRO
El día 20 de abril pasado, en Madrid, falleció el Maestro Agustín Cullell Teixido (1928), quien fuera Director Titular de la Orquesta Filarmónica de Chile (1965-68) y de la Orquesta Sinfónica Nacional de Chile en dos oportunidades (1960-62 y 1991-92). Además, sirvió de titular en prestigiosas orquestas latinoamericanas como la Filarmónica de Bogotá, Sinfónica Nacional de Costa Rica y Filarmónica de Cali.
Maestro de gran solvencia musical e intelectual, llegó a Chile desde su natal España en 1936, iniciando aquí su formación musical. Integró la fila de violines de la Orquesta Sinfónica, para luego proseguir sus estudios de dirección en Europa con importantes maestros, y luego, a su regreso, colaborando activamente con las principales orquestas nacionales.
Fue un importante difusor de la música chilena, habiendo estrenado un sinnúmero de obras de compositores nacionales, principalmente en la década del 60 y comienzos de los 70.
Como director invitado, colaboró con la mayoría de las orquestas latinoamericanas. Asimismo, ejerció importantes labores docentes, principalmente en Chile y Costa Rica, con alto reconocimiento.
De amplio repertorio, abarcó desde el Barroco hasta la música de vanguardia, recibiendo laudatorios reconocimientos de la crítica especializada por su depurada técnica y fina sensibilidad.
Tras el golpe militar, el maestro Cullell solicitó asilo en Costa Rica, país donde pudo proyectar mejor su carrera internacional, llegando a ser en su momento una de las batutas latinoamericanas más relevantes.
Su último período como titular de la Orquesta Sinfónica Nacional de Chile fue clave para lo que hoy en día es dicha orquesta, labor no comprendida en su momento… . Al ser un maestro de gran exigencia y honestidad artística, empero, los músicos de la época no supieron calibrar mejor su visión del arte musical, situación inevitablemente derivada en una interrupción de su trabajo de titular…
Así, le correspondió resolver algunos procesos de cambio en la orquesta producto de una natural renovación de sus integrantes, ingresando en esa época talentosos músicos de nuevas generaciones, de los cuales, hasta el día de hoy, muchos permanecen en sus filas. Además, es menester recordar el mermado nivel de la Sinfónica respecto a épocas de oro de la misma… , ante lo cual Cullell tuvo la virtud de levantarlo y proyectarlo hasta el día de hoy… Lamentable e injustamente, jamás volvió a dirigirla como invitado…
Hitos relevantes de su trayectoria, después de largos años de ausencia, a su regreso como invitado en 1987 con la Sinfónica, le correspondió dirigir, junto al recordado violinista don Jaime de la Jara, el estreno mundial del magnífico Concierto para Violín de Juan Orrego Salas (obra clave del repertorio violín-orquesta de la música latinoamericana), como en 1990 el estreno mundial del extraordinario Segundo Concierto para Piano del mismo compositor, junto al también muy recordado Cirilo Vila.
De imborrable recuerdo serán sus interpretaciones de la Segunda Sinfonía de Rachmaninoff, como la “Patética” de Tchaikovsky y del repertorio latinoamericano, recordándose vivamente, en 1990, un memorable concierto con motivo de la clausura del Congreso de Trimalca en Chile, con emblemáticas obras latinoamericanas. Además, hito fundamental fue su dirección de la exitosa gira que la Sinfónica realizara a varias ciudades de México en 1991, transmitida por la televisión chilena de entonces.
Asimismo, notables fueron sus acompañamientos en legendarios conciertos con la Sinfónica, como en el Schumann y Saint Saëns N° 1 junto a M. Rostropovitch, el Schelomo de Bloch junto a Christine Wallevska, o el Concierto para Piano de Kachaturian con Luis Alberto Latorre, entre tantos hitos.
Sin duda, un maestro que dejó profundas huellas en el país que lo cobijó, y con proyecciones a gran parte de Latinoamérica.
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