jueves, 22 de marzo de 2018

DÉBIL INICIO SINFÓNICO…

Como criterio básico, un primer concierto de temporada supone una especial aplicación de quienes intervienen, exhibiendo el máximo nivel posible - así debiera ser siempre… - en aras de estimular una fidelización de público a lo largo del año. En el caso del primer programa de abono de la Sinfónica Nacional de Chile (primera función), contemplando obras de tradicional repertorio bajo la batuta de su titular, maestro Leonid Grin, junto a un solista de amplia trayectoria como el cellista David Geringas, no reflejó el excelente nivel alcanzado en los últimos años… De hecho, se percibieron faltas de disciplina de ensamble y una desmedrada calidad de sonido… , seguramente producto de una mayor falta de entrenamiento post vacaciones… , instándose revisar las pautas de ensayo, especialmente para hitos de relevancia como es una inauguración de temporada… Del programa mismo, abrió con el Concierto para Cello de Antonin Dvorak, después de una larga ausencia en las programaciones de la Sinfónica. Este concierto, quizás el Rey de los Conciertos para Cello… , goza de amplio beneplácito por su directo encanto y magnífica construcción, y sin duda un desafío no menor para solista, director y orquesta. Así, la elección de sus protagonistas debiera obedecer a un riguroso criterio de excelencia ante la exigente demanda interpretativa requerida. Felizmente, en Chile, se tienen imborrables recuerdos en versiones de culto, como aquella antológica de Christine Wallevska junto a una Sinfónica modélicamente dirigida por Guillermo Scarabino, en 1987, o antes la de Leonard Rose junto a la Filarmónica y Juan Matteucci, en 1979… En esta oportunidad pudo contarse con otro cellista del calibre de los mencionados, como el lituano David Geringas, tardíamente debutante en Chile… De irreprochable solvencia artística, Geringas construye una versión de consumada internalización de los profundos sentimientos plasmados en la obra (de nostálgico carácter), con una generosa exposición de las líneas melódicas (asimilado sentido de lo cantable) más certeros matices y ataques, no obstante pasajes algo sucios que afectaron la afinación y el ensamble con la orquesta… Por otro lado, esta última tuvo una débil guía de su maestro titular… , no logrando dosificar el balance más un enfoque globalmente descontextualizado que no complementó la autorizada versión del solista. Imprecisiones y fallas de afinación en las maderas, asimismo bronces descuidados (básicamente cornos) y asperezas en las cuerdas. Sin duda, la más débil contribución del maestro Grin en estos años de sólido trabajo como titular de la Sinfónica… Como bis, Geringas ofreció una magistral versión del “Canto Célebre“ (“Canto de los Pájaros”) de Pau Casals y una magnífica lectura revisitada de la Suite N° 1 para Cello de Bach, esta última pletórica de logros en modulaciones, fraseos y dinámicas. Con la siempre bienvenida Cuarta Sinfonía de Johannes Brahms, finalizó esta inaugural jornada sinfónica. Y esta vez la dirección de Grin tuvo interesantes aciertos de enfoque. Aún así, hubo una descuidada calidad de sonido y falta de concentración, principalmente en varias maderas, más rugosidades de texturas en las cuerdas, con insalvable carencia de esmalte… No obstante estas sinuosidades, al menos se pudo aquilatar debido idiomatismo brahmsiano, y en general coherentes desarrollos, diferenciación de voces y cierta calidez en texturas globales. Sin embargo, ante cierta severidad de marcaciones, a ratos se desdibujó la claridad (y espíritu) del discurso musical, con tempi en exceso rápidos que en momentos confundieron vitalidad con ansiosa arbitrariedad, deviniendo más hacia un enfoque canónicamente más clásico que romántico. En suma, un débil comienzo de la Sinfónica Nacional de Chile respecto las expectativas, que si bien contó con un solista de fuste como David Geringas, empero el nivel ostentado por la decana sinfónica nacional distó del presenciado hasta hace poco, el cual urge ser revertido…

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