miércoles, 5 de agosto de 2015

CELEBRACIÓN DE LOS 60 AÑOS FILARMÓNICOS

• En un engalanado marco festivo, el Teatro Municipal de Santiago dedicó el sexto programa filarmónico para celebrar el sesenta aniversario de su orquesta residente. • Con obras de Soro, Mendelssohn y Tchaikovsky, estuvo dirigido por su actual titular, Konstantin Chudovsky, más la violinista suiza Rachel Kolly d´Alba. Referirse a la Orquesta Filarmónica… , amerita la referencia a insalvables precisiones, desde su trayectoria fundacional hasta la derivación de que lo que hoy existe. Originalmente, hace 60 años -en rigor- se fundó la Orquesta Filarmónica de Chile, institución que con el paso del tiempo adquirió una serie de nombres, tales como Filarmónica Municipal o Filarmónica de Santiago, siendo esta última denominación la referida a la actual orquesta oficial del Teatro Municipal de Santiago. La historia de esta orquesta está jalonada de importantes hitos artísticos, contando en general con importantes directores titulares más relevantes artistas invitados, que han coadyuvado a moldear una agrupación artísticamente consolidada, pudiendo satisfacer profesionalmente requerimientos de conciertos, ópera y ballet, y llegando en un momento dado a ser una de las cinco mejores orquestas latinoamericanas. Sin embargo, y no con un afán de retrotraerse estérilmente a tristes episodios… , es menester referirse al nivel exhibido posterior al año 2006, el cual bajó considerablemente respecto a la excelencia lograda hasta sus 50 años de existencia, producto de un traumático desmantelamiento de dos tercios de la misma ante un conflicto del cual hasta el día de hoy es motivo de fuertes discusiones por la forma cómo fue conducido…. . Como directa consecuencia, buena parte de los músicos exonerados lograron conservar legalmente el nombre de Orquesta Filarmónica de Chile, al punto que hoy están organizados como Corporación y manteniéndose vigentes como organismo artístico. Por tal razón, no es fácil –incluso, ingrato…, ante el máximo respeto artístico que merecen los filarmónicos históricos- referirse a los 60 años de una orquesta en particular, en este caso, la orquesta del Teatro Municipal de Santiago, sin aludir a aquella que también es “Filarmónica…”, máxime que han conservado el nombre de Filarmónica de Chile. Así, frente a un origen común, ambas orquestas poseen el genuino anhelo de celebrar el mismo aniversario, puesto que son producto de una historia que, a la postre, más las une que divide, y sin duda, ante un hipotético espíritu de interacción, a futuro no debiera ser descartable que vuelvan a compartir momentos artísticos en conjunto... Respecto al concierto conmemorativo de la Orquesta Filarmónica de Santiago, el pasado 7 de julio, ostentó un considerable mejor nivel, en comparación a la agrupación que hubo que re-armar el año 2006, y que posteriormente ha tenido una calidad variable. Un proceso de madurez artística es complejo y lento, y de allí la necesidad de visualizar su desarrollo conforme a requerimientos acotables y lógicos. Así, la actual Filarmónica de Santiago, siendo una orquesta limitada numéricamente y no ideal para las fuertes demandas de conciertos, ópera y ballet, requiere ponderarla bajo el prisma de una orquesta en curva de mejoramiento, y de la que amerita invertir en buenos maestros para desarrollarla mejor. El programa comenzó con una lectura un tanto rutinaria y algo despareja de la emblemática Danza Fantástica, del compositor nacional Enrique Soro. Posteriormente, una deficiente versión del Concierto para Violín y Orquesta de Mendelssohn, producto de un mal desempeño de Rachel Kolly d´Alba, no existiendo congruencia de rendimiento respecto la trayectoria consignada en su biografía. Graves fallas de afinación, ensamble con la orquesta, fraseos confusos, amén de un enfoque musicalmente lacio (elección de tempi descontextualizados (excesivamente lentos), erróneo sentido del rubato, lindando en lo chicloso y empalagoso, fagocitando todo el vigor interno del discurso mendelssohniano), dieron cuenta de un momento oscuro (e inolvidable por lo débil) para la festiva jornada… . Empero, cabe destacar la pericia de Konstantin Chudovsky en “perseguir” a la solista… , y obtener un resultado al menos con mérito para la orquesta. Concluyó el programa con una sólida versión de la Cuarta Sinfonía de Tchaikovsky, la que a su vez es parte del ciclo de la integral de sus sinfonías a cargo del titular de la Filarmónica. Con un sugerente inicio, certeramente signado por lo contenido, Chudovsky desarrolla un discurso congruente a lo largo de toda la obra, con logradas transiciones temáticas, empáticas resoluciones expositivas en los pasajes cantables, de mayor gracia (tercer movimiento) y de mayor fiereza, mediante logradas dinámicas y debido control de los tutti (evitando lo “bombástico”). Muy buen rendimiento de la cuerda y metales. Sin duda, de lo mejor que se le ha visto a Konstantin Chudovsky en conciertos. En suma, una festiva jornada que forzosamente es motivo de reflexión, ante una historia que demanda cada vez mayores convergencias, al tratarse de una sola entidad: La Orquesta Filarmónica

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