miércoles, 15 de noviembre de 2017

IMPORTANTE INAUGURACIÓN DE CICLO

• Con la destacada cantaora Ginesa Ortega, junto a la Orquesta Sinfónica de Chile, dirigida por el español Josep Vicent, se inauguró el ciclo “Luz, movimiento, voz y orquesta”, en el CA 660. De importante interés programático, con varios estrenos, el ciclo “Luz, movimiento, voz y orquesta”, organizado por la Fundación Corpartes en su magnífico teatro Centro de las Artes 660 (CA 660), ha congregado a la Orquesta Sinfónica de Chile, junto a diversos solistas internacionales y la dirección de Josep Vicent, ampliamente conocido en el medio nacional. Lamentablemente, para el primer programa, la concurrencia de público fue escasa (sábado 29 de agosto), situación que obliga imperiosamente fortalecer los esfuerzos de difusión para el resto de las presentaciones, al tratarse de un ciclo desarrollado en el teatro de mejor acústica de Santiago, y donde no es habitual que las orquestas locales mantengan continuidad de presentaciones allí, amén de las bondades programáticas inherentes. Este caleidoscópico ciclo, incluye un orgánico con tres originales y contrastados programas, consultando, el primero de ellos, la Suite de El Amor Brujo, de Manuel de Falla, y el estreno en Chile de la Sinfonía N° 3 “Divino Poema”, de Alexander Scriabin. Con la solvente presencia de Ginesa Ortega, famosa cantaora española, se ofreció una versión atípica de la Suite del Amor Brujo, por cuanto no es usual presenciarla con un enfoque genuinamente popular (casi siempre con mezzo o contralto solista, o simplemente sin solista vocal), como tampoco con la declamación de parte de los textos originales (primera versión, de 1915), complemento relevante aportado en esta oportunidad (en base al material de la versión de 1925). El resultado de Ginesa simplemente fue de excepción, magnetizando con inusual fuerza expresiva desde el instante que entró al escenario, generando idiomática síntesis músico-teatral. Impresionante la profundidad en su declamación, disposición gestual en todo momento y desgarrador canto (muy sólida en las agitanadas inflexiones). Y Josep Vicent, fundamental en su entrega, disponiendo ora neurálgica rítmica ora generosa eufonía, más certeros efectos colorísticos y total consubstanciación con la autorizada solista. La respuesta de la decana fue de completo ajuste y hermosura de sonido. Sin duda, un importante hito artístico, del cual el público premió con interminables aplausos. Alexander Scriabin, injustamente postergado por años en las temporadas musicales del país, llega con el estreno de su Tercera Sinfonía “El Divino Poema”, obra clave y punto de inflexión de la compleja estética que el compositor iría desarrollando. De explícita suscripción al pensamiento “teosófico”, imbuido también de la supremacía del hombre nietzscheriano, más una inevitable dosis esotérica, esta fusión de corrientes tiene magnifico correlato con el discurso musical desarrollado por el compositor, por la solidez de sus estructuras formales (acabado desarrollo de la forma sonata más un notable uso de los leiv motiv, como eficaces recursos para describir las fuerzas en pugna, de clara dialéctica…), y su extraordinaria construcción armónica y de orquestación. Con una Sinfónica debidamente reforzada ante los numerosos requerimientos (entre otros, con 8 trompas, 5 trompetas, 2 arpas), más la inmejorable colaboración de una acústica privilegiada, Josep Vicent firmó una versión de sumo respeto, acertado sentido del todo y fiel reflejo del pathos inserto. De completo idiomatismo, Vicent construye una interpretación que privilegia la transparencia en todas las familias instrumentales, facilitando la cabal fluidez en los desarrollos y transiciones temáticas, develando con nitidez la compleja arquitectura compositiva. Importantes logros en dinámicas, gradación de planos sonoros y progresiones expresivas. La calidad de respuesta de la Sinfónica fue de excepción y de total compromiso artístico. El público, con entera justicia, fue contundente en manifestar su completo beneplácito a este relevante estreno, por la importancia de la obra y su espléndida interpretación. En suma, una importante inauguración de un ciclo, el cual amerita la más alta concurrencia para las jornadas que siguen.

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